Es el movimiento intimidante de tus caderas en mi embrague, lo que da un amenazador fuego directo al abuso constante de mi corazón que desespera lo inquieto con reniegos, disfraces, y salpiques de carne
Pues dame mas de eso que se vuelve gris y palpitante de pesares en rayos de luz congelados en tus deberes pávidos de la existencia del robot
Mis huesos hierven con el aroma de tus llantos y mis ilusiones decepcionadas huelen dos muertos que han sido quemados y tirados al mar con gotas de utopías rotas convertidas en quimeras húmedos de ti en el lado mas oscuro de tu almohada, los colores de ti siguen delante de todo aquello creado y me da mucho miedo apagarlos pues la sensación de abrirlos a dejado un silencio sombrío curioso lleno de acciones a tu lado.